WrestleMania 31: el evento que reivindicó a la WWE (ANÁLISIS)

El periodista de Depor, Eduardo Sotelo, analiza el espectacular show que se vivió la noche del domingo en la WWE.

WrestleMania 31: el evento que reivindicó a la WWE (ANÁLISIS)

El WrestleMania 31 fue uno de los mejores eventos en la historia de la WWE. (WWE)

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Ya sé lo que están pensando. Cuando lees WWE es inevitable recordar con nostalgia las épocas en que La Roca y Stone Cold eran las figuras de la empresa, cuando The Undertaker estaba en una imponente forma física, el enmascarado Kane aún lucía un aspecto siniestro, y Triple H era pelucón y parecía ser un villano intocable. Cuando había personajes como Mankind, Shawn Michaels, Chris Jericho, el mismo Vince McMahon u otros que hoy echamos de menos. La denominada ‘Era Atittude’. Sí, todos extrañamos esos momentos ¡Cómo no hacerlo!

Pero eso no quiere decir que WWE haya perdido la capacidad de dejarnos con la boca abierta. Por eso, para los fanáticos de la lucha libre, el WrestleMania 31 fue inolvidable. Tuvo buenos momentos y también de los otros, es cierto. Pero sin dudas, la gran (y creo que para la mayoría) sorpresa de la noche la dio Seth Rollins. Su coronación como campeón mundial va más allá de un oportunismo digno de su personaje o una improvisación de la WWE.

Desde que Seth Rollins ganó el ‘Money in the Bank’, todo estuvo planeado para su consagración. Bien lo dijo JBL (ex campeón de la empresa y ahora comentarista) en la transmisión en inglés: “That was brilliant!” (¡Eso fue brillante!) No sé en qué sentido lo habrá dicho JBL. Pero siento que su comentario no se refería solo al hecho calculado de que Rollins hiciera efectivo su oportunidad por el título, sino a que se decidió por hacerlo en el evento de lucha libre más importante del año, ante uno de los campeones más imponentes de los últimos tiempos, Brock Lesnar, y otra estrella en ascenso, Roman Reigns, quien parecía ser el elegido de la WWE para dar el gran salto en el evento más importante del año.

Días antes, Lesnar, el campeón hasta esa noche, renovó contrato con la WWE, por lo que se esperaba un panorama distinto, quizá un reinado más prolongado. Ahora será interesante ver qué planes tienen los guionistas para él. El 26 de abril será el Extreme Rules, el siguiente evento grande de la WWE, y se espera revancha. Ahí también se verá qué clase de campeón será Seth Rollins (¿una máquina técnica, como Daniel Bryan, o uno tramposo y oportunista, como Edge?). ¿Y Roman Reigns? Espero que su prematuro ascenso, que llevó a que se ganara la antipatía del público, no lo haya sepultado. Porque me parece que si hubiera sido llevado a un ritmo acorde a sus habilidades en el ring y con el micro, podría haberse convertido en uno de los favoritos del público. Es más, lo era, hasta que la WWE empezó a hacerlo lucir como si fuera un Superman invencible, una imagen que quedó desmoronada tras su lucha ante Lesnar.

Para los que gustan de la lucha libre, WrestleMania es algo así como el Real Madrid vs Barcelona, un evento único, estelar, lleno de lo mejorcito de su rubro. Haber visto a Sting peleando en un ring de la WWE no tiene precio. Además, vimos a varios históricos, como Kevin Nash, Hulk Hogan y Scott Hall. Y hubo otros grandes momentos, como el alucinante RKO de Randy Orton, la aparición de The Rock junto a Ronda Rousey, campeona de UFC, o la merecidísima inducción de Macho Man Randy Savage en el Salón de la Fama. Y también se presenció la reivindicación del, a veces menospreciado, campeonato Intercontinental, al dárselo a una estrella ‘top’ como Daniel Bryan.

¿Y lo malo? Primero, no me gustó la rápida eliminación de Hideo Itami (Kenta) (la estrella japonesa que hace unos meses firmó por WWE) de la batalla real en memoria a André el Gigante. Si la intención es que escale en la empresa, WrestleMania 31 era una buena oportunidad para mostrarlo al mundo. Tampoco entendí la decisión de quitarle el invicto a Rusev en Wrestlemania, luego de darle un ‘push’ de casi un año al búlgaro. Lo mismo pasó con Bray Wyatt el año pasado, también a manos de John Cena. Hablando de Wyatt, fue un gran momento para él compartir en el ring de WrestleMania 31 con el ‘Enterrador’, aunque, como sabemos, los mejores años de ‘The Undertaker’ ya pasaron y la pelea no pudo ser como esas tremendas batallas que nos ofrecía en años anteriores.

Algo a lo que no le encontré sentido fue el apretón de manos entre Triple H y Sting. Fue una pelea en la que hubo bates de béisbol y mazos implicados, además de interferencias, y una previa muy cargada. Habrá sido el choque de dos leyendas, pero para efectos del ‘storyline’ no tenía ninguna coherencia. Eso sí, nadie quita que fue un momento emotivo.

Pero, ¿ven? El poder debatir, especular, hacer pronósticos es lo entretenido de todo este espectáculo que es la WWE. Los guionistas, luego del desastroso Royal Rumble, demostraron que todavía pueden dar sorpresas a sus seguidores. Probablemente ahora la lucha libre no te enganche como antes. ¿Qué ha cambiado? Tal vez seamos nosotros, que ahora somos más grandes y menos crédulos de todo lo que nos presentan. Y también más críticos. Pero qué duda cabe de que eventos como el de la otra noche nos hacen volver a creer, y nos devuelven ese gustito por la lucha libre y el mundo de la WWE. Larga vida al WrestleMania.

Eduardo Sotelo Rodríguez
@EduardoSotelo01

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