Beto Carranza: "Fuí un vago, pero corrí 80 metros en Cerro de Pasco"

El ‘Beto Carranza’ reconoce que fue ‘vago’ en el fútbol pero se las arregló para hacer historia en Universitario de Deportes con esa estupenda corrida.

Beto Carranza: 'Fuí un vago, pero corrí 80 metros en Cerro de Pasco'

Beto Carranza contó detalles de su golazo en Cerro de Pasco.

¿Se puede ser un vago y hacerla linda en el fútbol? Es más: ¿un vago puede correr como caballo a los 90’ de un partido que se juega a más de 4 mil metros de altura? El ‘Betito’ Carranza, el mismo que le dio el Apertura a Universitario de Deportes en Cerro de Pasco, es la prueba de que sí se puede.

Luis Alberto se reconoce como un jugador vago. No le gustaba entrenar, menos correr. Y, sin embargo, se olvidó de todo eso aquel 25 de junio del 2000. Pero su carrera no es solo ese gol: fue querido en Racing, pero jugó en Independiente, Boca, otros grandes y es, encima, amigo de Maradona. Todo, siendo un feliz “vago”.

De Racing, Independiente y Boca, ¿cómo llegas a Perú?

Me estaba costando recuperarme de una lesión importante en la rodilla, entonces me fui a jugar a México. Allá tuve un buen torneo y me dieron la opción de ir a Universitario de Deportes. Estaba Gustavo Grondona y por eso me decidí.

¿Recuerdas tu primer día de entrenamiento?

Lo que más recuerdo es la evaluación médica. Por aquel problema en la rodilla, me revisaron como si fuera un enfermo terminal (risas).

No fue tu única lesión…

Me hubiese gustado ser más profesional, cuidarme más con las comidas. Comía cualquier cosa. Y de hecho lo pagué, porque tuve muchas lesiones durante mi carrera.

¿Fue tu peor defecto?

En cuanto a mi carrera, sí: no haberle dado (a mi carrera) la importancia que un futbolista profesional necesita para crecer. Yo no era un enamorado de los entrenamientos.

¿Llevaste una vida desordenada?

No, no es eso. Nunca tomé, ni me drogué, ni tuve desajustes en mi vida, pero no me gustaba entrenar, no era un tipo aplicado. Eso lo hubiese cambiado, es un defecto muy grande: era vago. Si corrían 100 metros, yo llegaba último.

Pero ese día ante Unión Minas, en Cerro de Paso (año 2000), corriste como si fuera la última carrera de tu vida…

Lo primero que pensé fue en correr lo más lejos posible de mi arco y que el partido termine como estaba (1-1). Para nosotros era bárbaro. Yo ya quería que termine. La piqué para adelante y, te soy sincero, me encontré frente al arquero y dije “¿ahora qué hago?”

Y la metiste…

Le pegué un ‘puntazo’ y entró. No te voy a decir que la quise poner al lado del palo. En ese momento no sabía ni dónde estaba el arquero, yo venía completamente sin aire. Sentía que me moría.

Te morías, pero igual quisiste celebrar sin camiseta…

Inercia pura. No podía creerlo. Corrí, choqué con el alambrado y ahí quedé. Quería respirar y no me entraba el aire por ningún lado. Luego me recuperé con oxígeno. Si nos daban un papel y nos decían “firma que es empate”, lo firmábamos todos. Ni nosotros imaginábamos que lo voltearíamos.

*¿Repetirías ese gol, aun sabiendo que te faltaría el aire?

¿Cómo no lo voy a hacer? En el aeropuerto, cuando vengo a Lima, me pregunto. “¿Qué se van a acordar de un jugador que pasó por acá solo seis meses?” y me dicen “Beto ¿todavía puedes respirar?”, y pienso: “No puede ser verdad”.

Además significó el campeonato. ¿Cómo celebraron?

Nos fuimos a comer pizza a la casa de Grondona, pero la gran celebración fue la semana siguiente, que se inauguró el Monumental contra Cristal. Ese día tuve una bronca terrible porque no me mandaron la extensión del contrato y no pude jugar. Me cambié de ropa y vi la fiesta de afuera.

Luego te fuiste a Escocia…

Renové con Universitario de Deportes, pero me llegó la chance. Me encantó. Venía de jugar en clubes que son presión y ganar. Allá jugaba en el Dundee y había otro equipo: Dundee United. Sus canchas están más cerca que las de Racing e Independiente (200 metros). Cuando había clásico, íbamos caminando.

¿No pasa nada?

La gente de ellos te saludaba y yo decía “esto es Disneylandia”. Pierdes un partido y te piden un autógrafo. Pierdes en Universitario de Deportes o Boca y te quieren prender fuego al auto. Si tienes que caminar de la cancha de Racing a la de Independiente, a tu destino solo llega tu mano o tu pierna.

¿Fue difícil adaptarte?

Yo no hablaba inglés. “No smoking” y “thank you”, nada más. Cuando me mudé, a las 2 de la tarde ya era de noche. Abrí la ventana y dije “me suicido o me voy a mi casa”. Prendí la ‘compu’ y no tenía Internet. Me llamaron para arreglar el tema y yo no entendía lo que me decían. Le toqué la puerta a un vecino y fui con el teléfono a que me ayude. Me solucionó el problema en un minuto.

Te retiraste joven ¿no?

Tenía 32 años cuando vuelvo a Argentina, y muy pocas ganas de seguir jugando. Dejé de jugar de un día para otro. Me desperté y dije “no va más, ya está”. Nunca lo extrañé profesionalmente y porque empecé a jugar con los amigos.

¿Tanto así?

Bueno, lo extraño todos los días porque veo una pelota y recuerdo una frase que siempre dice Diego (Maradona): “Estoy yendo a una casa con traje y camisa blanca. Están los chicos jugando a la pelota, la tiran toda embarrada y la paro de pecho”. Siempre decía eso. Y es así.

¿Son amigos?

Nos tenemos mucho aprecio. Cuando él llegó a Boca, yo me recuperaba de una lesión y el profe me mandó a correr. Diego me dijo “Beto, pará que voy vos”. Y fue a correr conmigo. Yo decía “estoy hablando con el jugador más grande de todos los tiempos”. No soy imparcial hablando de él. Soy totalmente parcial.

¿Maradona o Messi?

No entiendo a los argentinos. Es ridículo. En vez de disfrutar a los jugadores más grandes de la historia del fútbol, se la pasan comparando.

¿Y si te digo Messi o CR7?

Messi, sin dudas. Ojo, Cristiano es de otra galaxia, pero Messi es más completo, más goleador, con más pase gol. Quiero ver a los dos en mi equipo pero si me dices que no puedo contar con los dos, pido al ‘10’, y no porque sea argentino.

¿Fuiste amigo de Maradona fuera de la cancha?

Un día fuimos a jugar tenis y yo llevé a mi hija. Ahora tiene 14 años, en ese momento tenía 4. Le dije “Milagros, sácate una foto con Diego” y se puso a llorar. Él me dijo “Beto, esta es la primera vez que alguien no se quiere tomar una foto conmigo”. Y no se la tomó.

O sea la única persona que no quiso una foto con Maradona es…

Mi hija, si una locura. Yo sí tengo. Es el más grande que vi en mi vida. No estoy comparando con Messi, antes de que me preguntes. Porque Messi también es de otro planeta. Y es más que Cristiano Ronaldo. Ya está, jajaja.

Andrea Closa Paredes
andrea.closa@depor.pe

Adán Balbín es el último refuerzo de Universitario de Deportes.

.

NO DEJES DE LEER:

Universitario gastó todo y armó estos dos equipazos. ►http://goo.gl/uliL32

Posted by Depor.pe on viernes, 25 de diciembre de 2015

Síguenos en Facebook