Percy Olivares: "El genio Zinedine Zidane me pidió mi camiseta"

El ‘Zancudo’ nunca dejó de saltar. Desde que salió al extranjero por primera vez, en 1991, Percy Olivares no imaginó que su fútbol lo llevaría a jugar ante los más ‘rankeados’ de América y Europa.

El recordado lateral le contó a Depor detalles de sus 19 años en el fútbol. Y claro, de su paso por la selección, con la que estuvo cerca de jugar un Mundial y del trauma de ‘colgar’ los chimpunes.

Jugaste de lateral izquierdo, pero empezaste de ‘9’…
Jugaba de delantero en los torneos infantiles hasta los 11 años. Me probé en Alianza y en Cristal, pero no quedé. Hasta que Alberto Gallardo me ve en un torneo en La Victoria y me pidió para las juveniles de Cristal. Después en mayores me hago lateral.

¿Te bajoneó ser ‘choteado’?
Cuando uno es chico no tienes por qué sentirte presionado si no llegas a un club grande. Ese es un error constante en el Perú. Debe cambiarse.

¿Fue difícil dejar el fútbol? Porque te retiraste dos veces.
Pasé por un estado de depresión. Pero me afectó más dejar la selección. Sé que por la selección llegué a Europa, porque no tuve representante y nunca fui bien visto.

¿Te sentías en evaluación?
Me quedó claro que, a pesar de que jugué cuatro eliminatorias, la gente asumía que yo era titular porque no había otro para poner. Y no tanto por mi rendimiento. Por eso siempre me esforzaba más.

¿En Alemania es donde peor la pasaste por el racismo?
No tanto por mí, sino por mi mujer. Yo aguantaba, pero la encontraba llorando y eso me afectó. Dejé Núremberg, pese a que me iba bien: marqué 4 goles y mi entrenador pidió que me quedé.

¿Verdad que recibiste un trato de ‘dios’ en Grecia?
En ese país desbordé futbolísticamente, me desconocí. Los hinchas me hicieron sentir más como una estrella. Como lateral marqué 12 goles en Paok y me contrató el Panathinaikos. No fui un dotado, pero con disciplina se puede jugar en buen nivel.

Estabas tan bien que hasta aprendiste el idioma…
Fue algo increíble, porque prácticamente lo aprendí en la calle. La gente me mostraba afecto y eso me interesó a aprenderlo y no sentirme indiferente. El griego es un idioma muy difícil.

¿Admiraste a algún jugador?
A Zinedine Zidane. Lo enfrenté en la Champions, en el 2000. Jugaba con Panathinaikos ante Juventus. Ahí tengo su camiseta, pero el mejor recuerdo es su calidad humana.

¿Cómo fue la historia? El holandés (Edgard) Davids me derribó con una patada y ahí terminó el partido. Apenas me levanté, lo vi a Zidane y me pidió intercambiar la camiseta. Lo que parecía inalcanzable para mí, se volvió posible.

En Fluminense fuiste capitán del equipo…
Solo en un amistoso ante la selección en Lima (1996). Fue un gesto del back Ricardo Rocha (campeón del mundo en 1994). De manera espontánea le pidió al DT Parreira que lo saque para que me dé a mí la cinta. Él sabía que de ese partido dependía mi convocatoria. Lo desbordé toda la noche a Jorge Soto y el ‘Ciego’ Oblitas luego me convocó.

¿Qué entrenador te marcó?
El mejor fue Jorge Valdano en Tenerife, pero no olvidaré a Angelos Anastasiadis (su DT en Paok). Confiaba tanto en mí que me puso de lateral, volante y delantero. Era un locazo.

Fuiste parte de un equipo que casi nos clasifica al Mundial. ¿Qué faltó y qué hacer ahora?
Un buen entorno es básico: unión, entrega, un buen técnico y amor por la camiseta. No caímos en casa y rescatamos puntos importantes de visita. Nos faltó un mejor promedio de gol, pero dimos todo lo que estuvo a nuestro alcance.

¿Se podrá ahora, con Ricardo Gareca?
Cada vez que me preguntan sí es posible ir al Mundial, respondo que en las eliminatorias del 98 hubo momentos más difíciles . Pero fuimos descubriendo en el camino un equipo. Cometimos errores, dentro y fuera del campo, pero no nos resignamos.

Justo ahora que debutamos en Barranquilla, nos acordamos de aquel 1-0, en 1997…
Ese fue el partido más eufórico que jugué en mi vida. Veníamos de empatar en casa con Ecuador y muchos nos daban por ‘muertos’ al llegar a Colombia. Desafiaron nuestro orgullo. Grité ese gol más que el ‘Chino’ Pereda, incluso.

Al final del partido te salió un grito del alma…
El ‘Sí se puede, car…’ que después lamenté no haber patentado, porque tuvo efecto en todos los equipos peruanos que competían afuera. El ‘Ciego’ Oblitas nos carajeaba diciendo: “ven que son capaces”.

Después del 4-0 en Chile ¿te reprochaste algo?
Hasta ahora me reprocho muchas cosas futbolísticas que, como grupo, dejamos de hacer en el campo. Lo lamenté mucho tiempo. Después hubo aspectos fuera del campo que la dirigencia pudo evitar como lo del Himno.

¿Cómo evitar errores de procesos pasados?
Los seleccionados están expuestos. Los consejos de ex futbolistas sirven para evitar errores pasados. En temas disciplinarios y convivencia. Por eso el aporte de ‘Ñol’ Solano sirve para guiar a los jóvenes.

LAS COSQUILLAS AL ‘CHORRI’

Un dato curioso. Roberto Palacios no podía reír cada vez que anotaba un gol con la selección. Ni siquiera sus ‘Chorrigolazos’ lo motivaban. Pero Percy lo hizo cambiar, a la mala, en las eliminatorias 2002. Antes del debut ante Paraguay, en Lima, el ‘Zancudo’ estaba ansioso en el vestuario y le hizo un pedido al ‘Chorri’. “Le dije: ‘Enano’ hoy vas a meter un gol, pero cuando celebres tienes que reírte’. El tema es que le anotó a Chilavert, pero se olvidó de sonreír. Me acerqué mientras ‘Ñol’ lo levantaba, le jalé el polo que decía ‘Te amo Perú’ y ahí soltó unas carcajadas. En esa misma eliminatoria le hice lo mismo cuando le anotó a Ecuador”, recordó.

YA PARECÍA DIOS GRIEGO

Los griegos tenían un fanatismo descomunal por Percy. No solo por su juego sino por sus acciones. En 1998 jugó un partido de liga a pesar de estar con 39 grados de fiebre. Meses después, superó rápidamente una lesión e incluso cojeando, volvió con todo: marcó dos ‘pepas’ ante el AEK. Los hinchas del Paok le decían ‘Loco’ y, en las calles se lo hacían sentir. “Cuando salía con mi familia de compras o a comer, me reconocían, y no me cobraban. El trato que recibí de los fans fue increíble”, cuenta.